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El compliance officer tiene un papel fundamental en la protección y la reputación de la empresa
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La figura del compliance officer es fundamental en la salvaguarda de la responsabilidad penal de la empresa y en el impulso de la reputación, por lo que no solo actúa como un órgano de control sino que aporta un valor añadido a la empresa.
Así se puso de manifiesto durante el encuentro con expertos celebrado el pasado 13 de septiembre en Madrid bajo el título “Retos en Compliance en la industria farmacéutica: Presente y Futuro”, donde se resaltó la importancia de la figura del compliance officer como elemento de apoyo para las operaciones y negocios en el sector farmacéutico.
El evento, organizado por FarmaForum Formación y Andersen Tax & Legal, contó con la participación de José Zamarriego, director de la Unidad de Supervisión Deontológica de Farmaindustria –USD-; Juan Ignacio Canosa, de AstraZeneca; y Jaime Gaspar, de Lilly, que participaron en una mesa redonda coordinada por Rocío Gil, coordinadora del área de Compliance de Andersen Tax & Legal.
La jornada, en la que participaron 70 representantes del sector farmacéutico, dio comienzo con la inauguración por parte de José Ignacio Olleros, socio de Andersen Tax & Legal, quien se refirió a los conflictos de interés que se plantean en las compañías y que en muchos casos tienen que ver con la ética y necesitan de un programa de compliance implementado para saber discernir y actuar sin riesgo penal y salvaguardar la reputación de la empresa.
Así se puso de manifiesto la importancia de incorporar la figura del compliance officer dentro de las empresas. En este punto, José Zamarriego puso en contexto la situación de la que venía precedido el sector farmacéutico y por la cual se adoptó el concepto de compliance en la autorregulación. La aprobación de Ley Orgánica 5/2010 supone el punto de inflexión para este cambio, que además ha hecho que el compliance no sólo actúe como elemento de control, sino que se convierta en un valor añadido para las empresas que lo incorporan, pues mejora y certifica las buenas prácticas de las mismas. En palabras de José Zamarriego esto ha supuesto que pasemos del “compliance a la fuerza” a “la fuerza del compliance”.
El compliance officer tiene el reto de “deber actuar como un árbitro que asegure el cumplimiento de las reglas del juego en este sector”, según afirmó Juan Ignacio Canosa, quien añadió que esta figura se encuentra bajo diferentes áreas de riesgo, como puede ser la prestación de servicios y la apertura de nuevos mercados, entre otras. Por otro lado, añadió, también debe ser una influencia y una guía para implementar buenas prácticas dentro de las diferentes áreas de una empresa, por lo que los compliance officer deben formarse desde diferentes departamentos. “El compliance officer debe ser una persona de la compañía, ya que el conocimiento del negocio es esencial para poder detectar los riesgos y lanzar los mensajes adecuados”, afirmó Rocío Gil.
Por último, el evento también sirvió para anunciar la III y la IV edición del Curso superior de formación de Compliance Officers en la Industria Farmacéutica y afines que se celebrarán en Barcelona y Madrid, respectivamente.
El curso a celebrar en Barcelona dará comienzo el próximo 28 de septiembre y está por organizado por FarmaForum Formación, Andersen Tax & Legal e IQS. El curso, dirigido por Rocío Gil, responsable del departamento de compliance de Andersen Tax & Legal, está destinado a profesionales de la industria biosanitaria, que desarrollan o quieren desarrollar la función de compliance officer en este sector.
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