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Los reyes del azulejo enfilan su salto al hidrógeno para romper el 'yugo' del gas

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Carlos Mínguez, Socio de Derecho Público y Regulatorio, analiza en La Información el "giro verde" de la industria española intensiva en consumo de gas

Dicen que nada acelera más la ciencia que una guerra. La invasión rusa de Ucrania ha supuesto un acicate para que la industria española intensiva en consumo de gas se haya decidido a dar un salto verde que, hace apenas un año, quedaba relegado a la vaguedad del largo plazo. El acelerón se está cocinando en los grandes hornos de la Comunidad Valenciana, donde los 'reyes' del sector azulejero enfilan su giro al hidrógeno renovable.

El empuje es más notable allí donde la herida del sobrecoste energético sangra con más intensidad. Gigantes de la cerámica como Grupo Pamesa, compañía que preside el empresario valenciano Fernando Roig, se han hecho con la pole position en esta carrera, según varias fuentes del sector energético consultadas por La Información. Pero no avanzan solos.

Al azulejero se han sumado otros sectores como el de los fertilizantes (Fertiberia), el metalúrgico (Asturiana de Zinc) o el siderúrgico (Acerinox). "Tradicionalmente, se ha pensado que la implementación del hidrógeno verde sería primero en su uso como materia prima, luego para movilidad y, más tarde, para la industria. Pero esta última podría ocupar la segunda posición, al calor del actual shock energético", explica Carlos Mínguez, socio de Andersen especialista en Derecho Público y Regulatorio.

La industria española ya está testando este escenario. "Estamos hablando de proyectos que han dejado de valorarse en años. Ahora los plazos apuntan a varios meses", afirma el abogado. Sociedades como Pamesa o Asturiana de Zinc han arrancado proyectos piloto y esperan transitar hacia el hidrógeno en 2023, según aseveran fuentes empresariales a este medio.

"La producción del hidrógeno mediante electrólisis -y no por reformado de gas natural- en España se encuentra con las trabas propias de lo que todavía  no tiene regulación. Una especie de Terra incognita", apunta Mínguez, "La aproximación regulatoria deberá partir del efecto favorable ambiental y energético que provocará este cambio en el proceso de descarbonizacion de la industria”. Hay dos cuestiones que preocupan especialmente a la industria. La primera es la cuestión normativa. Entre otras dudas, surge la incertidumbre sobre el sistema de garantías de origen que se aplicará a la producción de este gas no contaminante.

Puede leer la noticia completa en La Información.

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