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“Planificar a largo plazo ya no es buena idea, las reglas cambian demasiado”
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“Estamos en una partida de ajedrez infinita con la Administración. Desde el momento en el que movemos el primer peón, tenemos que ser capaces de prever cuál va a ser su siguiente movimiento y cómo vamos a responder”. Borja de Gabriel, socio codirector del área Fiscal de Andersen, cuenta con una trayectoria de 20 años en Derecho Fiscal, especializado en la planificación fiscal de operaciones de inversión y reestructuración a nivel nacional e internacional, y en el asesoramiento fiscal recurrente a grupos multinacionales y a family offices. Su actividad le ha permitido conocer de primera mano las operaciones de reestructuración de grandes patrimonios y los procesos de internacionalización de empresas españolas, así como de grupos internacionales en sus inversiones en España.
“Estamos en un momento en el que en nuestra profesión tenemos muchos riesgos”, explica el abogado. “Ha cambiado mucho el asesoramiento en los últimos años. Tradicionalmente, los clientes y los asesores buscábamos soluciones que duraran en el tiempo para minimizar los riesgos fiscales. Ahora, planificar a largo plazo ya no es la mejor idea, porque las reglas cambian constantemente y tienes que hacer mucho seguimiento”, señala de Gabriel.
El especialista apunta a las reformas normativas, a los cambios de criterio de la Administración o a la jurisprudencia entre los vectores que impiden a las empresas y a los clientes pensar en el largo plazo. “Tenemos que ser capaces de adelantarnos a la Administración para saber por dónde van a ir los cambios e ir adaptando nuestro asesoramiento para ofrecer la mejor solución en cada momento. En eso consiste hoy un buen asesoramiento”, indica.
Borja de Gabriel asegura que los departamentos fiscales tienen que estar “en continuo movimiento” para poder dar el mejor servicio. “Tenemos que ser los más creativos, los más imaginativos y, sobre todo, anticiparnos a las necesidades de las empresas y los clientes, que muchas veces son difíciles de ver”, afirma. En cuanto a las inquietudes de las compañías, el fiscalista destaca que, en estos momentos, la adaptación tecnológica a la nueva Administración digital es una preocupación creciente. “Los servicios tributarios cada vez tienen más información de las compañías y son los propios contribuyentes los que tienen que suministrar esos datos. Esto supone una carga normativa extra para las empresas. Además de obligarles a ser mucho más transparentes, tienen que destinar muchos recursos para cumplir con Hacienda”, apunta. Sin embargo, el experto destaca que la digitalización de la Administración tributaria tiene puntos positivos. “De momento les cuesta verlo, pero facilita también muchas cosas. Tenemos borrador de IRPF, prácticamente borrador en el Impuesto sobre Sociedades y pronto tendremos borrador de IVA. Además, los chatbots para consultas tributarias funcionan francamente bien. Aunque no sean vincunlantes, es una herramienta muy potente”, señala.
Litigiosidad
Borja de Gabriel aprecia un aumento de la litigiosidad en los últimos años. “Hay una ruptura entre el legislador, la Administración y los tribunales. Además, estamos viendo un aumento de las inspecciones”, asevera. El abogado recuerda, además, casos recientes, como el de la plusvalía municipal, que han disparado la entrada de asuntos en los tribunales. “Al final lo que ves en estos procedimientos es que te tienes que anticipar. Con la plusvalía municipal hemos visto que el que no había reclamado ahora no puede recurrir. Es, por ejemplo, lo que estamos haciendo con el nuevo impuestos a las grandes fortunas. Nosotros, por un lado, lo estamos presentando, aunque a día de hoy seguimos sin el Modelo. Por otro lado, lo que haces es recurrirlo automáticamente. Este tipo situaciones crean pleitos masivos que al final lo que hacen es disparar la litigiosidad, y lo estamos viendo”, concluye.
Puede leer la entrevista completa en Expansión.
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