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Personas e innovación: solución ante una nueva crisis

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Jaime Olleros, Socio Director de Andersen Tax & Legal en España, insiste en la importancia de que las empresas den un paso definitivo hacia planes en los que se diseñen alternativas más competitivas y sostenibles para mantener sus márgenes

Todos recordamos la crisis de 2008, Lehman Brothers y lo que vino detrás. Lo que parecía firme se empezó a hundir en unos pocos años. Grandes compañías dejaron de serlo. Otras, ágiles, innovadoras, entusiastas y con visión amplia y global capearon el temporal y se subieron a una nueva etapa de crecimiento.

En los últimos años todos los sectores  han crecido. Volvió a resurgir el sector inmobiliario y en menor medida la construcción, primero por sus bajos precios, los activos parecía que no tenían valor, luego por el descenso de los stocks de viviendas y finalmente por la rehabilitación de inmuebles. El sector bancario en plena reestructuración, reinventándose y empezando a pensar en nuevos productos financieros con los que revertir la caída de sus márgenes y sintiendo la amenaza de los nuevos operadores fintech. El resto de los sectores de servicios creciendo tanto orgánicamente como por concentraciones. El sector agrícola ha sido de los más ágiles aumentando en grandes proporciones los productos preparados y de cuarta y quinta gama. Los sectores industriales orientados a la exportación y apoyados en la mejora de tecnología y eficiencia con una buena tendencia. En este contexto, la reducción del paro ha sido muy relevante, así como el aumento de las cotizaciones a la Seguridad Social y consecuentemente el aumento de la demanda interna de bienes y servicios.

Nuevos actores, nuevas circunstancias

Pero en este nuevo periodo y en el que parece avecinarse, no todo es igual que antes, hay nuevos actores que, nuevamente, laminan los márgenes de los sectores tradicionales con los que compiten o sustituyen y que no evolucionan o no han evolucionado ni han innovado. Ahora los márgenes vuelven a crecer pero por mejora de los costes y de la eficiencia y, por supuesto, por la competencia, regla que no debe olvidarse en ningún caso. Sin embargo, lejos están los márgenes que se disfrutaban antes de la crisis. Esos márgenes no volverán y, en todo caso, se desplazarán a los sectores que innoven o que se concentren. Se vuelve a la necesidad de crecer, concentrar actividades y negocios que permitan reducir las cargas de los gastos generales. Los gastos financieros por el momento no son importantes. También todos estamos inmersos en el concepto de innovar, en ofrecer mejores alternativas y más competitivas a los clientes, al consumidor. Las rentabilidades contrapartida de los riesgos serán distintas, pero existirán. En el entorno internacional, la geopolítica está pasando una mala jugada a la economía mundial. Es de suponer que en algún momento los grandes actores mundiales convengan en la necesidad de reorganizar sus posiciones y dar estabilidad al planeta. Nuevamente la situación económica y social habrá cambiado y serán otros parámetros los que condicionen la evolución futura.

Importancia de la regulación

Si bien ha estado siempre presente, en los próximos años la regulación se adueñará cada vez más del mercado y de la actividad económica en las economías occidentales y obviamente en las de economía dirigida, porque todos los actores económicos son conscientes de la necesidad de crecer, pero a la vez de proteger al ciudadano. En la nueva etapa el crecimiento de los sectores ha de estar alineado con la regulación, ya sea financiera, social, corporativa, de sostenibilidad o de buenas prácticas, que permitan una retribución adecuada al riesgo empresarial pero compatible con un mundo en mejora continua. La actividad de la UE es de gran importancia para la normativa sobre productos y defensa del consumidor y, ahora, la Ciberseguridad. El mundo tecnológico digital deja abiertas puertas a los delitos contra la privacidad, la intimidad, pero también contra el know how de las empresas, sus estrategias y productos y, evidentemente, contra los Estados. Ha aparecido la necesidad permanente de la verificación del cumplimiento de toda esta normativa y los recursos asignados a este compliance es un coste añadido y necesario.

Nuevos emprendedores

Junto al crecimiento necesario en innovación de los sectores, aparecen nuevos empresarios y emprendedores con el objetivo de dar soluciones, nuevos enfoques a los nuevos problemas y oportunidades. La innovación no sólo es tecnológica, es mental, y lo vemos cada día. Es un hecho que permite concluir que estamos en el comienzo de algo, de una nueva época con mayor información y conocimiento mucho más dinámica si cabe, que vislumbramos muy someramente. Volvemos a los retos, quien consiga ser el primero en la nueva revolución industrial, digital, tecnológica y social, sepa concentrar esfuerzos, compartir proyectos, compartir conocimiento, estará en la vanguardia.

Cabe preguntarse si todo es meramente crecimiento, tecnología e innovación pero se ha de concluir que vuelve a centrarse todo, al final, en las personas, en los profesionales de todos los sectores, los verdaderos artífices de los cambios, de ahí que la transferencia de conocimientos y la formación deba ser la guía de todas las empresas y, sin lugar a dudas, propiciado y amparado por los Estados. Las empresas que lo entiendan tendrán un crecimiento sostenido, sostenible y rentable y no perderán espacio, pues el mero crecimiento de la riqueza material será a la larga una rémora para el crecimiento de las personas.

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