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Cambios y retos futuros para los abogados

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Carlos Salinas, Socio Director de la oficina de Barcelona y responsable del Departamento Mercantil de Andersen en Barcelona, analiza los cambios y retos futuros para los abogados en un artículo que publica Legal Today

No cabe ninguna duda que la crisis sanitaria provocada por la COVID-19 ha cambiado nuestros hábitos tanto a nivel personal como profesional. Tampoco cabe duda alguna que algunos de esos cambios permanecerán, total o parcialmente, en el 2021, e incluso, algunos, irán más allá. La práctica de la abogacía, como prestación de servicios que es, ha de adaptarse a las nuevas necesidades y solicitudes de sus clientes. Y como objetivo de lograr la excelencia en la prestación de servicios, adelantarse a lo que acabarán siendo esas necesidades y solicitudes. Esos son los retos ante los que siempre nos hemos enfrentado, pero, nunca antes, las bases para lograr esos objetivos se habían alterado tan radicalmente como ocurrirá una vez pase la crisis sanitaria.

2021 será un año lleno de incertidumbres para nuestros clientes y, por ende, para los abogados. No obstante, el largo periodo de aplicación de medidas restrictivas y precautorias adoptadas como consecuencia de la crisis sanitaria en la que estamos -todavía- inmersos, deja lugar a pocas dudas que tendrá consecuencias nefastas para la economía de la gran mayoría de los empresarios. Máxime, cuando los sectores más afectados representan una parte relevante de nuestra economía.

Dos son las consecuencias más evidentes y directas: el sobreendeudamiento y la insolvencia.

Al endeudamiento financiero previo a la crisis sanitaria -que, en general, a pesar de que su reducción iba por buen camino, seguía todavía en niveles altos-, se le ha añadido la deuda facilitada con garantía ICO para contrarrestar la grave caída de ingresos de los negocios producida por el confinamiento, llevando, nuevamente a una situación de un elevado sobreendeudamiento de las empresas. Ese sobreendeudamiento tendrá, como efecto directo, un recorte de gastos -con posible afectación al empleo-, la redefinición de los planes estratégicos e inversiones planeadas con anterioridad a la crisis sanitaria, y la necesidad de restructurar su deuda para afrontar un futuro que dependerá, en buena medida, de la capacidad y velocidad de recuperación de la economía.

Por otro lado, a pesar de la ayuda obtenida en formato de financiación con aval público, principalmente, muchos negocios no van a poder sobrevivir a la falta de ingresos durante este periodo y al sobreendeudamiento generado. Por ello, se prevé un incremento notable en la presentación de concursos en el próximo año.

Como siempre ocurre en estas situaciones, los escenarios de crisis también generan oportunidades para aquellos que hayan conseguido sortear bien este periodo desde un punto de vista financiero. Estas oportunidades suelen materializarse en la adquisición de activos o negocios con descuentos importantes. Sin duda, las operaciones de M&A también serán noticia en el año 2021.

Y, por último, el anuncio de las modificaciones en la legislación fiscal en todos los ámbitos, tanto en la imposición directa como indirecta, así como la previsible modificación de la regulación laboral, conllevará asimismo la necesidad de que los empresarios planifiquen adecuadamente cómo se va a producir la recuperación de sus ingresos y la planificación de la devolución de su deuda. Tarea que no será nada fácil por todos los elementos que intervienen, y en la que un buen asesoramiento legal y fiscal será esencial.

Por todo lo anterior, estimamos que las áreas con mayor actividad para el 2021 serán en el ámbito de la restructuración financiera, concursal, M&A, y la de planificación fiscal y laboral.

Afrontar estos retos no va a ser un problema para nuestra firma. Contamos con los recursos necesarios para hacer frente a esta nuevo escenario y, sobre todo, con un equipo excepcional. Nuestra dilatada experiencia en operaciones de asesoramiento de restructuring (refinanciación de deuda y concursal) y adquisiciones en distress, además de contar con equipos de laboral y fiscal altamente cualificados, nos permite acompañar a nuestros clientes en todas las fases de su negocio. Adicionalmente, a través de nuestra organización internacional tenemos las capacidades para prestar un adecuado asesoramiento desde un punto de vista nacional e internacional, además de poder compartir experiencias que cada país está experimentando localmente y trasladarlas, en la medida que ello sea posible, a nivel local a nuestros clientes.

Pero no bastará con contar con expertos en las áreas comentadas. La forma de hacer negocios y la forma de asesorar a los clientes ha cambiado, y probablemente cambie de forma definitiva. Cierto es, que superada la crisis sanitaria, la vuelta a la forma de hacer negocios pre-COVID tenderá a ser muy parecida; pero no exactamente igual.

A título anecdótico, hace un par de años, en una reunión de socios internacional de Andersen, nuestro socio responsable de la oficina de Sillicon Valley, me preguntó cuán importante era mantener reuniones presenciales con nuestros clientes, a lo que respondí -sin dudarlo- que para nosotros (y, hasta me atreví a decir que para los europeos en general) era esencial. Su respuesta fue que en su caso particular, tenía muy pocas reuniones físicas; casi todas eran por videoconferencia. La forma de hacer negocios en EEUU y en Europa, poco tiene que ver en este caso, sin duda motivado por las grandes distancias y de ese marcado principio de que el tiempo es oro (time means money, en inglés, que remarca más esa forma de hacer negocios).

Casi como una premonición de lo que se nos avecinaba, hemos tenido que aprender y acostumbrarnos, de una forma acelerada y forzada, a mantener reuniones con nuestros clientes y realizar labores comerciales usando sistemas telemáticos, reduciéndose a la mínima expresión las reuniones presenciales. Una vez se supere la crisis sanitaria, volveremos, sin duda, a potenciar las reuniones presenciales (los hábitos sociales no se modifican de un día para otro), pero la ya apuntada necesidad de recorte de gastos, y la evidencia de que hay desplazamientos que se pueden evitar sin que ello tenga consecuencias de consideración, nos llevará a prestar nuestros servicios jurídicos de una forma diferente, con una aceleración muy relevante del proceso de implantación del mundo tecnológico a nuestros servicios. Pero no cualquier tecnología, sino aquella que realmente te puede permitir prestar un servicio mejor y más rápido.

En definitiva, que el momento histórico que estamos viviendo tendrá un impacto relevante en general, y en el mundo de los servicios jurídicos en particular, no sólo para el 2021, sino para el futuro.

 

Puede leer el artículo en Legal Today

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