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Erre que erre con la reforma laboral

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Agárrense, que vienen curvas! Asistimos, al menos algunos, un día más y pese a la situación de cierto caos legislativo en materia laboral que vivimos actualmente, estupefactos a la noticia de que la reforma laboral sigue siendo una máxima prioridad y, que, antes del final de año, se pretende acometer una serie de modificaciones bajo el lema de que “la reconstrucción de nuestro país exige dar pasos firmes en la protección y en el impulso de empleo estable y de calidad”.
Estamos hablando de cuestiones tan relevantes y trascendentales como: a) dotar nuevamente de prioridad aplicativa a los convenios colectivos sectoriales sobre los empresariales, especialmente en materia salarial; b) recuperar la ultraactividad y, por tanto, en esencia, mantener indefinidamente la vigencia de un convenio colectivo hasta que no se apruebe otro; c) limitar la subcontratación del artículo 42 del Estatuto de los Trabajadores, fijando qué servicios pueden emplearse en este mecanismo, así como los convenios que regirán tales relaciones laborales; d) revisar el mecanismo de descuelgue contemplado en el artículo 82.3 con motivo de que únicamente sea aplicable al salario acordado cuando concurran causas económicas graves e irreversibles y; e) regulación de algunas relaciones como sería la del personal de las plataformas digitales y las nuevas formas de prestación de servicios.
Lo anterior, claro está, sin perjuicio de las actuales reformas laborales en curso y, por supuesto, nada desdeñables, como son la Ley de Trabajo a Distancia, los reales decretos que desarrollarán la Ley de Igualdad y el Registro Salarial, o la posible prórroga de los ERTE por razones del Covid-19. ¡Casi nada!
Dejando aparte la idoneidad o no de tales medidas, lo que parece claro es que con la situación actual que se está viviendo, ¿no sería mucho más acertado, útil y eficaz centrarse en tratar de legislar adecuadamente para tratar de superar entre todos una situación tan compleja, marcada por una crisis sanitaria y económica sin precedentes que seguir contribuyendo a la incertidumbre y desánimo –especialmente aunque no únicamente empresarial– con más y más factores y normas tendentes a la rigidez del mercado laboral?
Aunar esfuerzos
¿De verdad se piensa que con este tipo de actuaciones se atrae inversión, proyectos empresariales o se fomenta el espíritu empresarial para seguir el manteniendo el empleo a toda costa? ¿Es razonable que a estas alturas no se haya prorrogado aún la posibilidad de seguir aplicando los ERTE en aquellas empresas cuya actividad sigue en gran parte afectada por el Covid-19, considerando que el próximo día 30 finaliza la vigencia de la actual normativa? Lo razonable y prudente antes de tomar decisiones precipitadas cuyas consecuencias sean irreparables e impredecibles por el calado de las mismas sería aunar todos los esfuerzos en tornar a una situación de cierta normalidad y, desde la misma, con cautela, mesura y el debate adecuado, adoptar medidas. ¿Es realmente ahora el momento apropiado para proceder con una reforma del sistema de contratación y/o subcontratación del artículo 42 del Estatuto de los Trabajadores o de reformar íntegramente el sistema de negociación colectiva?
No quiero dejar de mencionar la necesidad de que se regule una Ley de Trabajo a Distancia que responda a una situación de normalidad dada su vocación, quiero pensar, de futuro y, por tanto, deje al margen de la misma la actual situación excepcional y extraordinaria del mercado de trabajo marcada por la pandemia, donde, desde las distintas autoridades y especialmente las sanitarias, están recomendado extremar las precauciones para evitar el contacto personal.
Ojo, no vaya a ser que la denominada comúnmente Ley del Teletrabajo consiga un efecto perverso y, en vez de fomentar y contribuir a que las empresas puedan alimentar el trabajo virtual durante esta insólita y anómala situación, se les empuje a un callejón sin salida en el que no puedan arbitrar decisiones en pro de facilitar la transición laboral durante la misma, por el coste que les pueda entrañar. Por favor, prudencia y moderación.
Puede ver el artículo en Expansión.
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