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El cine y el audiovisual español se enfrentan a un nuevo escenario legislativo tras los recientes cambios normativos aprobados en el sector

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Andersen analiza los principales cambios normativos del sector audiovisual en España en la jornada ‘Nuevas reglas del juego para el cine y el audiovisual: ¿se adaptan realmente a la realidad del sector?'

El sector audiovisual español está inmerso en un profundo proceso de cambio, fruto de la gran revolución que está viviendo la producción y el consumo de contenido audiovisual, tanto en España como a nivel mundial, lo que está exigiendo que se lleven a cabo cambios también a nivel legislativo para adaptarse, en la medida de lo posible, a la nueva realidad del sector.

Así se ha puesto de manifiesto durante la jornada Nuevas reglas del juego para el cine y el audiovisual: ¿se adaptan realmente a la realidad del sector? que ha organizado Andersen con el objetivo de dar respuesta a las cuestiones cruciales a las que se está enfrentando el sector a raíz de los últimos cambios legislativos.

El evento ha contado con la participación de Patricia Motilla, Socia del Área de Cultura, Deporte y Entretenimiento de Andersen; Nerea Sanjuan, Directora del Área de Cultura, Deporte y Entretenimiento de Andersen; Victoria Caldevilla, Socia del Área Laboral de Andersen y Raquel de la Viña, Directora del Área Laboral de Andersen.

Durante la inauguración, Patricia Motilla ha resaltado la firme apuesta y compromiso de Andersen con el sector audiovisual, que cuenta con un departamento especializado de Cultura, Deporte y Entretenimiento que ofrece un asesoramiento global a la producción desde el punto de vista del derecho regulatorio, de propiedad intelectual y laboral. En ese sentido, ha destacado también las últimas incorporaciones de Victoria Caldevilla y Germán Martínez en el área de Laboral para reforzar el asesoramiento al sector audiovisual en este ámbito.

Durante su ponencia, Nerea Sanjuan ha destacado la reciente aprobación de la nueva Ley General de Comunicación Audiovisual, la cual ha de sustituir a la actual Ley 7/2010, de 31 de marzo, y el anteproyecto de Ley del Cine y de la Cultura Audiovisual, que a su vez ha de sustituir a la Ley 55/2007, de 28 de diciembre, y cuyo proceso de aprobación todavía está pendiente.

Entre las modificaciones sustanciales en la regulación de la industria del cine y del audiovisual que conllevan estas reformas legislativas, Nerea Sanjuan ha analizado la revisión del concepto de “productor independiente”, que tanto ha movilizado y está movilizando al sector. En ese sentido, la Directora del Área de Cultura de Andersen ha detallado que existen dos cuerpos normativos y, por tanto, dos definiciones de esta figura con finalidades sustancialmente distintas. Por un lado, en la nueva Ley General de Comunicación Audiovisual se define un concepto de productor independiente asociado a la obligación de promoción de obra europea, que a su vez tiene dos vertientes, la cuota de emisión y la obligación de financiación anticipada; mientras que en el anteproyecto de Ley del Cine y de la Cultura Audiovisual, la figura del productor independiente está asociada a las medidas de fomento e incentivos a la cinematografía audiovisual. 

Por su parte, en lo que respecta al ámbito laboral, Raquel de la Viña ha destacado la reciente aprobación, el pasado 31 de marzo de 2022, del polémico “Estatuto del Artista”, mediante Real Decreto-ley 5/2022, de 22 de marzo, que incluye un paquete de medidas relativas a la relación laboral especial de artista, con la ampliación del ámbito subjetivo, incluyendo también a los técnicos y al personal auxiliar como trabajadores y a los productores como empleadores.

Asimismo, Raquel de la Viña ha explicado que, tras la aprobación de la Reforma Laboral el 30 de diciembre de 2021, que supuso la eliminación del contrato por obra y servicio, muy habitual hasta el momento en el sector artístico, quedaron como alternativas el contrato fijo discontinuo y el contrato por circunstancias de la producción.

Sin embargo, con la reforma del Real Decreto-ley 1435/1985, se incluye un contrato específico para el sector artístico, que sustituye al contrato por obra y servicio, con una importante limitación a la contratación temporal tanto en sus requisitos objetivos de delimitación de la causa y duración, como respecto de la aplicación de las reglas de concatenación de contratos.

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