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Así está el teletrabajo en España: empresas adaptadas en tiempo récord y muchas dudas regulatorias
| Especial COVID-19 / Noticias | Derecho Laboral
La irrupción del teletrabajo en el mercado laboral español ha supuesto un reto para las compañías, que se han adaptado en tiempo récord a esta nueva forma de organizar el trabajo.
Alfredo Aspra, abogado laboralista y socio de Andersen, destaca que la rapidez con la que han implantado las compañías el teletrabajo a consecuencia de la crisis del coronavirus. "La adaptación ha sido espectacular, muy rápida y eficiente. Es cierto que muchas empresas cubren ya ciertos gastos, como los ordenadores", señala. Sin embargo, Aspra considera que quedan muchos aspectos que hay que regular. "Ahora el debate que más está en el candelero es quien corre con los gastos como la luz, internet, el espacio o los materiales informáticos. Creo que hay buscar un cierto equilibrio", indica Aspra.
A su juicio, las negociaciones de los sindicatos "parten de un error, que es que pretenden que el teletrabajo sea una prolongación de los derechos que ya se tienen", indica. De este modo, Alfredo Aspra, que asesora a multitud de compañías, cree que "de lo que hay que partir es de un diálogo social para encontrar una respuesta consensuada y un equilibrio".
Como ejemplo, el abogado laboralista opina que "no tiene mucho sentido que los sindicatos estén elevando ya conflictos colectivos porque quieren seguir cobrando los tickets restaurante o las notas de gasto de transporte y, además, quieren que la empresa les pague la electricidad o la conexión a internet".
Alfredo Aspra indica que la mayor preocupación de sus clientes está en la conciliación y los horarios. "Es obvio que hay que regular los horarios. Las compañías estan preocupadas con este asunto y cómo distribuir el tiempo", explica. "Está muy bien teletrabajar desde casa pero lo que no puede ser es que esto se convierta en un trabajo de 24 horas. La gente tiene que tener tambien sus espacios y sus tiempos. Tener la oficina en tu casa llega a un punto que tienes la vida condicionada", añade.
El abogado destaca que ya hay casos de trabajadores que exigen volver a sus oficinas y argumentan que el teletrabajo ha dinamitado su vida personal. "Es una reflexión que nos lleva a pensar que no todos los casos son iguales. Al final, creo que el teletrabajo nunca puede estar por encima del poder dirección y organización. Las empresas está claro que ya no darán marcha atrás en esto pero lo usarán como una forma de atraer talento", concluye.
Puede leer el artículo completo en El Economista.
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