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Asegurar la continuidad y supervivencia de las sociedades mercantiles: objetivos del Buen Gobierno Corporativo y del Compliance
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Actualmente, los administradores y directivos de Sociedades Mercantiles, ya sean cotizadas o familiares, deben hacer frente a nuevos retos y responsabilidades para asegurar el buen funcionamiento y el futuro de las empresas. En esta línea, el Buen Gobierno Corporativo y el Compliance se han vuelto herramientas fundamentales para la eficacia de la gestión empresarial, así como para identificar con tiempo posibles conflictos, resolverlos y mitigar al máximo los riesgos de las organizaciones, de cara a su continuidad y éxito futuro.
Así se puso de manifiesto webinar “Buen Gobierno Corporativo y Compliance” organizado desde Andersen en España y en colaboración con Telefónica, en el que expertos de ambas organizaciones ofrecieron, desde un enfoque práctico, una visión del Compliance en grandes empresas, recomendaciones y ejemplos sobre la utilidad del gobierno corporativo. El evento contó con Manuel Crespo de la Mata, Chief Compliance Officer de Grupo Telefónica, que explicó el caso desde la perspectiva de la compañía, y con José Ignacio Olleros, Socio de Andersen, y Santiago Fuertes, Director en la firma.
José Ignacio Olleros se encargó de presentar la jornada, haciendo hincapié en la importancia del Compliance, el Gobierno Corporativo y la ética empresarial y destacando el impulso que ha tenido el compliance con la reforma del Código Penal y la responsabilidad de las personas jurídicas. “Desde Andersen siempre lo hemos entendido como una práctica totalmente transversal teniendo en cuenta las peculiaridades de los sectores regulados y/o autorregulados como el financiero, el farmacéutico etc.”, apuntó.
Por su parte, Manuel Crespo de la Mata, desde su posición de Compliance Officer, enfatizó la relevancia de lo que llamó el cumplimiento de trinchera, una forma de denominar a lo que se viene en llamar “la primera línea de defensa, un territorio bastante inexplorado a día de hoy”, según comentó, añadiendo que “el cumplimiento no es una cuestión específica que deba hacer únicamente el compliance officer, es una función que debe hacer la compañía en su conjunto”. “En Telefónica se nos identifica con la apuesta por el futuro, por un mundo tecnológico, conectando la vida de las personas, pero somos, además, todas las personas que contribuyen a que puedan prestarse estos servicios y es el trabajo diario desde todos los frentes y áreas posibles”, aseveró.
De acuerdo con el Compliance Officer de Telefónica, en el contexto actual el compliance es necesario por varios motivos: primero, porque es una función nueva y distinta que permite una inmersión directa dentro de las estructuras de la sociedad y del negocio; segundo, por la necesaria identificación y priorización de los riesgos del cumplimiento, para definir el foco de lo más importante; y tercero, por asegurar la transversalidad, con equilibrios. “Tenemos dos objetivos, que se retroalimentan: uno, transversal y crucial, el de reforzar la cultura de conocimiento y cumplimiento de las normas y, por otro lado, conseguir que, en la medida en que lo permitan las regulaciones, se puedan reconocer efectos jurídicos a nuestro programa, tanto en el ámbito penal como en otros”, matizó.
Todos los miembros de la organización son protagonistas del cumplimiento; es obvio que las personas jurídicas son target directo en cuanto a responsabilidad por el incumplimiento de determinadas normas –según Manuel Crespo de la Mata-, extendiéndose también su responsabilidad al ámbito penal; y los órganos de administración son asimismo directamente responsables en el ejercicio de las funciones desde la perspectiva del compliance. También son responsables las funciones de control, cada cual en su ámbito de responsabilidad, pero, a su juicio, “la principal responsabilidad continúa recayendo, en el día a día, sobre trinchera. Y, con todo, a día de hoy, la trinchera no solamente asume ese rol pasivo, sino también un rol proactivo en la prevención de los incumplimientos”.
Manuel Crespo de la Mata ofreció un ejemplo de enfoque para desplegar un sistema que asegure el cumplimiento a propósito de determinadas competencias y materias: identificación de riesgos de cumplimiento y foco en los más importantes –tarea clave del área de compliance o la propia organización-; plantear cuáles son las áreas con conocimiento experto en relación con dichos riesgos y diseñar interfaces (delegados de cumplimiento) con los que poder interactuar para establecer procesos que supervisen el cumplimiento dentro de su propia función; valorar cuáles son las disciplinas transversales o propias de la gestión directa del área de compliance; y, finalmente, actuar en cada caso las funciones que correspondan en consideración al papel esperado.
Por su parte, José Ignacio Olleros destacó la importancia de contar con “los especialistas de cada área de práctica para la implantación de programas de compliance” y añadió que el Buen Gobierno Corporativo ha ido evolucionando, exigiendo el cumplimiento de principios nuevos como la diversidad en la composición de los Consejos de Administración y la sostenibilidad, pero “ante todo debe contarse con una efectiva aplicación y asunción de códigos éticos efectivos que aseguren un Buen Gobierno Corporativo y, como consecuencia de ello, buenas políticas de Responsabilidad Social Corporativa como valores sostenibles a largo plazo”.
Por último, Santiago Fuertes planteó cómo aplicar el Buen Gobierno Corporativo a través de dos casos prácticos reales y explicó que “la aplicación del Buen Gobierno Corporativo les ha ayudado en su mantenimiento, en el relevo generacional. No hace falta ser una gran empresa para que el gobierno corporativo tenga una utilidad muy relevante, asegurando el buen desarrollo de la empresa” comentó.
En este punto, Fuertes subrayó que “el Gobierno Corporativo ayuda sin duda a aprovechar las ventajas de las empresas familiares (valores, proyecto empresarial común, sentido de permanencia, visión a largo plazo, etc.) y reduce los riesgos derivados de esta tipología de empresas (falta de profesionalidad, incapacidad para adoptarse a los cambios de mercado, falta de control, incapacidad para atraer talento de calidad, etc.) facilitando su continuidad a medio y largo plazo; resultando igualmente importante en este contexto la implementación de programas de compliance”.
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