José Ignacio Olleros, socio de Andersen Tax & Legal participa con otros nueve miembros del Grupo de trabajo del sector farmacéutico (GTSF) de la Asociación Española de Compliance (ASCOM) en el Análisis descriptivo del departamento de Compliance en la Industria Farmacéutica en España.

El grupo, consciente de la importancia de establecer un perfil homogéneo para la figura de un Compliance Officer (CO), analiza a través de una encuesta a 70 compañías farmacéuticas el mapa del perfil del Compliance Officer en la Industria Farmacéutica (IF) en España.

El análisis proporciona información valiosa sobre el “estado actual de la función de Compliance en la Industria Farmacéutica de cara a trabajar en un futuro en cómo evoluciona el perfil del Compliance Officer en la Industria Farmacéutica y, con ello, la función del departamento de Compliance”.

“La IF está expuesta a los riesgos penales comunes a todos los sectores, así como en las legislaciones de origen de los grupos empresariales multinacionales que operan en territorio nacional” y el departamento de compliance es el responsable de asegurarse que las empresas operan con integridad y que sus actividades y negocios se desarrollan conforme “a la normativa vigente y a las políticas y procedimientos internos establecidos”.

Según este estudio, y tras las conclusiones a las que llegan los autores después de analizar las respuestas de los encuestados, el perfil del Compliance Officer en el sector de la Industria Farmacéutica en España cuenta con un perfil distinto respecto a otros sectores. Cuenta con un grado en ciencias de la salud, lleva menos de cinco años en esta posición y trabaja en un laboratorio farmacéutico de entre 1.000 y 10.000 empleados con un doble reporte: local e internacional.

Se trata de un perfil adecuado, aunque, el grupo señala que existen “mejoras que emprender”. Entre ellas, destacan: la necesidad de una mayor independencia del Compliance Officer respecto a las OOGG locales. La separación de esta figura con otros departamentos como el ‘Legal’ o ‘Regulatorio’ para tener la independencia suficiente que necesita para desarrollar su función y evitar potenciales situaciones de conflicto de interés entre las mismas. Finalmente consideran que una función realmente independiente debería reportar directamente al Consejo de Administración y no a la Dirección General de una organización.

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