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El sector alimentario, atento a la llegada de Nutriscore

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José Miguel Soriano reflexiona para Expansión sobre NutriScore a raíz de su posible llegada a España y la conclusión del plazo para que los interesados envíen a su comité directivo propuestas para la cambiar el algoritmo de este etiquetado

Esta semana termina el plazo para presentar cambios en el algoritmo de este etiquetado y se espera que España lo adopte de forma obligatoria en los próximos meses.

Tres años después de que comenzara su andadura este sistema de etiquetado frontal, y con gran polémica en el sector alimentario, todo indica que el semáforo Nutriscore -un algoritmo desarrollado en Francia y que ya se aplica en varios países- podría estar en breve en los alimentos españoles.

Uno de los pasos se da esta semana, tal como ha avisado la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) a través de un comunicado : este miércoles, 15 de septiembre, concluye el plazo para que los operadores alimentarios, asociaciones de consumidores y "cualquier parte interesada" envíen sus propuestas para la introducción de posibles "cambios" en el algoritmo NutriScore a su comité directivo. Las modificaciones -que se publicarían a finales del este año o principios del próximo- podrían aliviar las posiciones contrarias.

Desde el despacho de abogados Andersen, José Miguel Soriano, analista especializado en sector alimentario, considera que Nutriscore puede atentar contra el derecho de la Unión Europea, concretamente contra el artículo 35 del reglamento de información nutricional, porque el etiquetado debe cumplir obligaciones, como que no condiciones las pautas de compra del consumidor y esté perfectamente testado. Estos analistas consideran que el sistema tiene sesgos. Además de no tener en cuenta el grado de procesmiento , se aplica rígidamente sobre cien gramos de producto, y que "omite cuestiones importantes como nutrientes beneficiosos como vitaminas o minerales".

Esto atenta contra la dieta mediterránea, porque productos como el jamón o las olivas salen perjudicados en la clasificación.

Soriano señala que esto no sería un problema grave a la hora de vender estos productos en España, ya que el consumidor español los valora y los conoce, pero sí que puede perjudicar en la exportación, al encontrar una nota negativa en el jamón serrano o en las conservas.

Andersen considera que este sistema vulnera el artículo 35 del reglamento de información nutricional. También considera vulnerada la ley de competencia desleal la de seguridad alimentaria.

El artículo completo en Expansión

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