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Valoración mediante Leveraged Buy Out o compras apalancadas

El LBO puede ser de gran ayuda para determinar el rango de precio en el marco de una operación corporativa

Entre los distintos métodos de valoración existentes, los más comúnmente utilizados son los relacionados con las transacciones comparables (uso de múltiplos) y los descuentos de flujos de caja. Si bien, existe otra modalidad muy utilizada por el “Private Equity” o empresas de capital riesgo: el “Leveraged Buy Out” o “LBO” que puede ser de gran ayuda para determinar el rango de precio en el marco de una operación corporativa.

Por sus propias características, estas operaciones son más habituales en un contexto de bajos tipos de interés y con mayor facilidad para acceder a financiación en cantidades importantes. Con el cambio de la política monetaria de los últimos años, en la actualidad, es más difícil encontrar compañías con características idóneas para realizar este tipo de operación.

El “Leveraged Buy Out” consiste en la compra de una compañía por un grupo de inversores, en el que se implica habitualmente a los propios directivos de está última, utilizando un elevado nivel de deuda para la adquisición en relación con los recursos propios del comprador.

En este tipo de operación, el inversor utiliza los flujos de caja generados por la compañía adquirida para financiarse. Cuanto mayor y más estable sea la generación positiva de caja, mayor será la capacidad de endeudamiento de la compañía y, a su vez, menor será la financiación mediante recursos propios (“Equity”). Consecuentemente, mayores serán los retornos sobre la inversión, asumiendo un incremento de valor por encima del coste de la deuda. Además, se utilizan los activos y la generación de caja de la empresa “target” como garantía de la deuda de adquisición, sin incurrir en asistencia financiera.

Generalmente, para este propósito, el inversor constituye una sociedad de nueva creación, también conocida como “Special Purpose Vehicle” (“SPV”), que tendrá en su balance las acciones compradas y, en el pasivo, el capital que han aportado los inversores y la deuda que se ha solicitado para financiar la operación. La “NewCo” percibirá dividendos provenientes de la sociedad “target” para hacer frente al servicio de la deuda Los inversores también se benefician de la deducción de los intereses de la deuda.

Existen dos modalidades dentro de las adquisiciones apalancadas. Por una parte, el “Managemente Buy Out” o “MBO”, cuando el propio equipo directivo de la sociedad “target” es el instigador de la operación con la ayuda de una sociedad de capital riesgo, y, por otra parte, el “Managemente Buy In” o “MBI”, cuando es la firma de capital riesgo quien ostenta el control e instaura un nuevo equipo directivo.

Las empresas candidatas a la hora de emplear este método deben de reunir una serie de características como, por ejemplo, contar con unos flujos de caja históricos estables, operar en sectores con potencial de crecimiento, tener un plan de negocio ambiciosos y bien estructurado y disponer de equipos directivos con amplios conocimientos del sector.

Por otra parte, las empresas que tienen problemas o dificultades también pueden ser objeto de adquisición, pero, en este caso, el precio de adquisición será más bajo. Los objetivos principales para adquirir una empresa de este tipo son: empresa familiar con potencial, pero con necesidad de un cambio de dirección para implementar nuevas medidas, empresas “anticuadas” con necesidad renovar la imagen de marca, empresas industriales endeudas pero que se encuentran en un sector escalable y con potencial, empresas con dificultades financieras para expandirse o empresas cuya estructura de coste puede ser optimizada.

La principal ventaja de este tipo de financiación para los inversores es que permite hacer una mínima inversión inicial en comparación con el precio total de la compra y, así, realizar operaciones de mayor tamaño.

En los últimos años, una de las estrategias de crecimiento empresarial utilizada por el capital riesgo ha sido mediante la compra una compañía “líder” que utilizan como plataforma para adquirir otras firmas más pequeñas, aprovechando sinergias, ganando cuota de mercado en diferentes regiones geográficas (“buy & build”) y mejorando sus márgenes de cara a obtener futuras plusvalías cuando se produzca la salida del inversor financiero.

Sin embargo, a pesar de sus ventajas cuando se utiliza adecuadamente, el LBO presenta riesgos debido a que son operaciones muy apalancadas. El efecto palanca conlleva un rápido incremento de la rentabilidad cuando todo sale según lo previsto, pero, en caso contrario, es una manera muy rápida de destruir el valor de la inversión.

Finalmente, en cuanto a la valoración por LBO, se realiza en base a la capacidad máxima de endeudamiento de una compañía que viene determinada por los requerimientos de los proveedores de la financiación. Generalmente, existen varios tipos de deudas (ordinaria senior, mezzanine, high yield, fondos propios aportados por el capital riesgo) cada una con sus características en cuanto a plazos de vencimiento, cumplimiento de “covenants” (ratio de solvencia) y coste (tipo de interés).

Consecuentemente, se establece el valor máximo de pago, asumiendo, por una parte, el endeudamiento máximo y, por otra parte, una tasa mínima de rentabilidad (entorno al 20%-30%) obtenida mediante la venta del negocio o la salida a bolsa, estableciendo un múltiplo de salida (sobre una magnitud fijada previamente) al cabo de un periodo de tiempo (normalmente entre 5-7 años).

Es decir, como los parámetros son fijos y al capital riesgo tiene un objetivo mínimo de TIR (Tasa Interna de Rentabilidad), se va ajustando el precio de adquisición o valoración de la compañía hasta que la TIR resultante sea la mínima exigida por el inversor.

Esta técnica puede ser interesante para ser contrastada con otros métodos de valoración, puesto que una valoración mediante LBO no refleja el potencial que puede generarse en una venta a un inversor industrial al no considerar las posibles sinergias entre las partes, pero sí que establece el precio mínimo para el comprador estratégico. Además del valor contable ajustado de una compañía, el LBO ayuda a establecer el precio mínimo de una transacción corporativa.

Mickael Eiras03 de enero de 2024 Ver perfil

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