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Gestión financiera en época de inflación

Estrategias viables que pueden implementar las empresas para mitigar los efectos adversos de la inflación

Si durante muchos años la inflación, que se caracteriza por un aumento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios en la economía durante un período de tiempo prolongado, se mantuvo relativamente moderada antes de la pandemia, la llegada de esta última y sus efectos, además de conflictos geopolíticos como la guerra de Ucrania y el aumento del precio de las materias primas, ha desatado un desbarajuste en los precios que los distintos bancos centrales han intentado controlar desde entonces, con mayor o menor acierto, regulando la oferta monetaria mediante, principalmente, el ajuste de los tipos de interés y políticas fiscales.

Aunque muchos expertos intentan explicar su aparición por causas multifactoriales, otros afirman que este fenómeno ya se estaba labrando con anterioridad y que los eventos ya mencionados, simplemente han sido los detonantes y/o agravantes debido a la imprudencia de los bancos centrales que durante años han preferido imprimir dinero para financiar los déficits de gobiernos imprudentes, antes de acometer recortes en los niveles de gasto, con el coste electoral que ello implicaba.

Al final, la inflación no deja de ser también, y principalmente, un fenómeno monetario ya que, si la cantidad de dinero en circulación en una economía aumenta más rápido que la producción de sus bienes y servicios, esto genera una subida de los precios de forma casi inmediata.

Sin embargo, sin querer entrar en debates académicos sobre sus causas y orígenes, lo que es evidente es que este fenómeno ha llegado para quedarse, aunque no sepamos por cuanto tiempo, pretendiendo centrarnos sobre todo en su impacto en el tejido empresarial y como las empresas y/o negocios pueden contrarrestar sus efectos para asegurar su estabilidad financiera y operativa.

Si bien las empresas, en general, deben ser flexibles y capaces de adaptarse rápidamente a cambios en el entorno económico, a continuación, se describen las distintas estrategias viables que pueden implementar para mitigar los efectos adversos de la inflación.

  • Gestión eficiente de los costes: durante una fase inflacionaria, los costes de producción tienden a aumentar y las empresas deben analizar cuidadosamente sus operaciones para identificar áreas de ineficiencia y, consecuentemente, oportunidades de ahorro. No es solo una cuestión de recortar gastos, sino también de optimizar procesos y recursos. Esto puede implicar buscar alternativas como la renegociación de contratos con proveedores y optimizar procesos internos para reducir los gastos generales.
  • Innovación tecnológica en productos y procesos: este punto está relacionado con el anterior. La inversión en innovación y tecnología puede permitir a las empresas desarrollar procesos más eficientes que aumenten la productividad y reducir costos operativos, ayudando a compensar los efectos de la inflación. También, la creación de productos innovadores permite la penetración en nuevos nichos de mercados.
  • Diversificación de productos y mercados: La diversificación de la línea de productos y la expansión a nuevos mercados tanto domésticos como internacionales pueden ayudar a reducir la dependencia de una empresa, lo que proporciona un amortiguador contra las fluctuaciones de la demanda. De allí, la importancia también de ofrecer productos innovadores y diferenciadores para no competir únicamente en precio, sino destacar la calidad y el valor añadido de sus productos y servicios.
  • Diversificación de proveedores: mantener una base diversificada de proveedores puede ayudar a evitar interrupciones en la cadena de suministro debido a aumentos de precios repentinos. Al tener múltiples opciones, las empresas pueden negociar mejores acuerdos y protegerse contra fluctuaciones de costes.
  • Cobertura de riesgos (“hedging”): para las empresas que operan en entornos internacionales, el uso de estrategias de cobertura, como contratos de futuros y opciones, puede ayudar a protegerse contra fluctuaciones en los tipos de cambio y los precios de las materias primas.
  • Estrategia de fijación de precios: si bien subir los precios puede ser una opción válida para mitigar la inflación de los costes y mantener sus márgenes, es importante hacerlo de manera estratégica evaluando cuidadosamente la sensibilidad del mercado y la competencia antes de ajustar los precios. La diferenciación de productos y la segmentación de mercado también pueden ser herramientas útiles en este sentido.

En relación con este último punto, si la empresa consigue trasladar el aumento de sus costes a sus clientes, escenario que aparenta ser ideal e inocuo para sus finanzas, es necesario destacar que esto tiene un impacto directo en la financiación a corto plazo del circulante. La necesidad operativa de fondos se encuentra directamente relacionada con el ciclo de explotación (compra venta de existencias, cuentas a cobrar y a pagar) y su control en fase expansiva es de vital importancia para evitar tensionar la tesorería de una sociedad.

En general, la ratio necesidad operativas de fondos formulada en días de ventas puede parecer estable, pero si la necesidad operativa de fondos permanente representa el 25% de la cifra de negocio y esta última crece de 100 millones a 150 millones de euros, la necesidad operativa de fondos se incrementaría proporcionalmente en 12,5 millones de euros al mismo tiempo (50 millones x 25%), aumento que debe ser financiado.

Es decir, el crecimiento de la cifra de negocio siempre implica un aumento igual o superior de la necesidad operativa de fondos. Además, si a nivel operativo, se alargan los plazos de fabricación o de cobro de los clientes, estos cambios podrían aumentar la financiación de las operaciones de la empresa, de allí la importancia de un fuerte control de estas partidas en un entorno inflacionario o de expansión.

Finalmente, hay que indicar que la inflación también tiene un impacto en las finanzas empresariales según los criterios adoptados por las compañías para valorar sus existencias. En épocas de aumento de las existencias, el método FIFO implica una mejora de los resultados de las sociedades en comparación con el método LIFO.

En conclusión, la inflación, como fenómeno económico, presenta desafíos significativos para las empresas en términos de costes operativos y rentabilidad. Sin embargo, se pueden implementar estrategias para mitigar sus efectos adversos para que las empresas continúen prosperando en un entorno económico en constante cambio.

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