Especial COVID-19

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¿Y las medidas laborales para cuándo?

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Alfredo Aspra analiza las medidas necesarias y de carácter temporal y excepcional que se deben tomar para abordar la problemática laboral generada por la incidencia del nuevo coronavirus en un artículo que publica Expansión

Continúa la incertidumbre, que esperemos y deseamos no finalice en desesperación o, peor aún, frustración, dado que las medidas reveladas por el Gobierno en materia laboral y de Seguridad Social siguen siendo a todas luces insuficientes, por no decir insignificantes, para tratar siquiera de contener las graves consecuencias y efectos que la crisis del Covid-19 está teniendo y, de seguir así, va a producir en el empleo. A pesar de la drástica caída de la actividad que está aconteciendo en múltiples sectores a la par que la paralización total de otros, de momento la única medida tangible que ha entrado en vigor a raíz del RDL 6/2020, de 1 de marzo, es la consideración como incapacidad temporal (IT) derivada de accidente de trabajo a los efectos exclusivamente de la prestación económica de aquellos periodos de aislamiento o contagio de personas trabajadoras provocado por el Covid-19. Eso sí, siempre previo parte médico de IT expedido por facultativo de la Seguridad Social.

Aparte de ello y de la decisión de bonificar las cuotas de Seguridad Social de aquellos trabajadores con contratos fijos discontinuos que presten servicios en el sector turístico, por ahora la situación en cuanto a medidas laborales que puedan coadyuvar a las empresas a superar la grave situación que padecemos brillan por su ausencia.

Llegados a este momento, donde la zozobra y congoja empieza a hacer mella en determinados sectores, y antes de que se adopten medidas que puedan ser irreversibles en cuanto a sus efectos para el empleo se refiere, por llegar tarde otras que traten de evitar éstas, sería altamente recomendable que a la mayor brevedad se arbitraran medidas de carácter temporal y excepcional, tan necesarias como prudentes, siguiendo el documento de propuestas conjuntas de las organizaciones sindicales CCOO y UGT y de CEOE y Cepyme para abordar la problemática laboral generada por la incidencia del nuevo coronavirus.

Acciones necesarias

Entre otras: 1) clarificar las situaciones que, dadas las razones extraordinarias concurrentes, se pueda acudir a expedientes de regulación temporal de empleo de fuerza mayor, así como simplificar y agilizar el procedimiento y documentación para su tramitación; 2) como bien apunta el citado documento, reducir los plazos para instrumentar expedientes de regulación temporal de empleo por causas productivas, económicas y organizativas y definir adecuadamente, de manera excepcional y temporal, las situaciones en que se pueda acudir a dicha figura (caída precipitada y repentina de la facturación o de la demanda de actividad, etc.); 3) que los periodos de desempleo consumidos en ambas situaciones (fuerza mayor y causas objetivas), no perjudiquen el reconocimiento de prestaciones futuras de desempleo, al igual que garantizar el acceso de los trabajadores fijos discontinuos que se vean afectados en su empleo a acceder prestaciones por paro; 4) exonerar la obligación de pago de cotizaciones a la Seguridad Social por parte de las empresas o, como mínimo, reducir sustancialmente las mismas durante la presente situación; 5) dotar ayudas excepcionales para que los trabajadores en situación de IT derivada de aislamiento o contagio reciban el 100% de sus retribuciones; 6) reconocer como situaciones de IT con similares garantías y coberturas que las derivadas de un aislamiento o un contagio aquellas relativas a trabajadores pertenecientes a colectivos sensibles o especiales (diabetes, hepática crónica, pulmonar crónica, renal crónica, embarazo, postparto inferior a seis semanas, cáncer, etc.) cuyas empresas no puedan facilitarles el teletrabajo; 7) arbitrar permisos retribuidos para determinadas casuísticas cuyo coste y cotización a la Seguridad Social sea sufragado por un fondo especial.

Estas medidas, al menos, reforzarían la confianza de trabajadores y empresas. También contribuirían a la toma de decisiones en múltiples sectores que prioricen el mantenimiento del empleo ante una situación tan extraordinaria como compleja de gestionar, y cuyos efectos reales y alcance están aún por definir.

Puede ver el artículo completo en Expansión.

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